viernes, 9 de marzo de 2007

Ausencia

Cuando ingresa a mi cuerpo, cuando puedo percibirla y dotarla de sentido, me abandono del mundo y pareciera que volverla a mirar o representarla de cualquier manera es imposible. Llego a tocar la angustia de una inmovilidad en el tiempo y en el espacio: instante en que Ella vuela dentro de mí, quiere salir desde mí; quiere escapar en formas, -me encuentro con su despojo, con la extrañeza de la soledad- Ella ha escapado, ya nada funcionará, ni la pasión ni la intensa búsqueda. Me sitúo en una membrana sin emisor ni receptor, ya no la reconozco porque está dentro de mí.

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